jueves, 29 de septiembre de 2011

El fin del corte de Gualeguaychú. (2010)

Si bien el corte de ruta no se interrumpía desde el 20 de noviembre de 2006, la historia de este conflicto se inició mucho antes. Y llegó a la Corte Internacional de la Haya, nada menos. El origen de la disputa es conocido: la instalación de la pastera Botnia, de origen finlandés, en la ciudad uruguayana de Fray Bentos. Del otro lado de la frontera está Gualeguaychú, ciudad entrerriana que se acerca a los cien mil habitantes. Y entre ellos, el río Uruguay, en peligro de contaminación. La limpidez de las aguas, el aire que se respira, la flora y la fauna... ¿volverán a ser iguales dentro de algunas décadas, cuando la acción contaminante de la empresa (en el grado que fuere) se haga sentir?
Del lado argentino, las marchas, al principio multitudinarias, iniciaron la protesta. Y hubo apoyo a nivel gubernamental, que luego fue menguando hasta licuarse y dejar a lo más radicales (los más fieles) con menos representantes que los pretendidos. El miércoles 16, una febril votación determinó el levantamiento del piquete "durante sesenta días, como un gesto dirigido a destrabar un conflicto de más de siete años... Nuestro reclamo inicial e irrenunciable sigue en pie: Botnia es una empresa ilegal y contaminante, instalada al amparo de la violación del Estatuto del Río Uruguay de 1975", aclara un párrafo de la proclama, leída el sábado. Los asambleístas lo decidieron por 402 a 315 votos, con lo cual quedó en evidencia la falta de participación de la mayoría de los gualeguaychenses. "Me encantaría que Botnia se fuera, pero no apoyo el método de protesta", sostienen los que se oponen a la contaminación y también a la medida. De algún modo, Gualeguaychú, se dividió en sus opiniones. Freddy, por caso, no quería saber nada con liberar el paso. Emilia, su esposa, votó por la tregua. Pero están juntos, codo a codo en el refugio, ella tejiendo, él buscando leña para calentar la vigilia. "Desconfío de que algo cambie", refunfuña Freddy. "Había que dar una señal, pero sin perder la firmeza. Está en juego la salud de nuestros nietos", argumenta ella. Después se abrazan. 

Es domingo en Gualeguaychú. Algunos van al templo-refugio, incólumes. En Fray Bentos, al mismo tiempo, hay una fiesta en la plaza Artigas. Tocan música, toman mates (todos). A alguno se le ocurre pensar: Gualeguaychú supo ser, durante gran parte de su historia, un isla grande. Hasta que se construyeron puentes (uno de ellos fue el San Martín, en los 70', el mismo que ahora vuelve a transitarse). La ciudad, en su protesta, eligió aislarse nuevamente. Vaya ironía... Ahora, los autos van y vienen sobre el puente. Botnia, como ovni descendido, prende sus luces al caer la noche y se envuelve en el humo. El frío corta, el viento acaricia. Y el río, insomne, murmura su lamento. 

Breve informe de la Historia de la Industria Papelera en Argentina

Los comienzos de la historia de la industria en la Argentina se pueden remontar durante la expansión económica de la generación del 80. Desde aquel momento comenzaron a crearse algunas fábricas, sobre todo aquellas destinadas a producir productos para el mercado interno, generalmente alimentos. Pero ningún producto de fabricación industrial llegaba a ser exportado. Hasta la llegada de Hipólito Yrigoyen, que fue el primer presidente en realizar obras para la industrialización del país.
El siguiente periodo fundamental en la industria fue el gobierno de Juan Domingo Perón, se crearon varias fábricas, a través de subsidios del estado con el objetivo de producir productos para exportar. Entonces se formaron industrias nacionales fuertes en los sectores de la industria pesada, pero eran débiles a la hora de competir con las extrajeras.
Durante el gobierno de Frondizi se radicaron una mayor cantidad de industrias. En este momento, la industria argentina llego a ser la más grande y poderosa de América Latina, superando a Brasil y México.
En 1973, se realizaron nuevas obras para la industria, y entre 1973 a 1974 se registró la máxima producción histórica en el sector industrial.
La Alianza Anticomunista Argentina terminó por debilitar la economía de la Argentina, provocando un Golpe de estado de 1976 (este gobierno empezó a restringir o a eliminar beneficios de promoción industrial y subsidios, y abrió el mercado externo sin restricciones, destruyendo la industria argentina)
En el gobierno de Carlos Menem, se redujo drásticamente la rentabilidad empresaria, provocando una fuerte caída de la industria nacional (se cerraron las pocas industrias que quedaban bajo poder del estado)
Hoy en día la estructura industrial argentina crece muy lentamente y con grandes altibajos, aunque es la segunda de las mayores economías industriales de Sudamérica, se encuentra muy lejos de lo que era originalmente por los años 1960.
Hoy contamos con una gran variedad de industrias como, pesquera, Metalúrgica, petrolera, automotriz, textil, alimenticia, minera, azucarera, vitivinícola, tabacalera, aceitera, papelera, entre otras. En este informe nos vamos a profundizar sobre la industria papelera en Argentina. Para esto es necesario nombrar al principal material elaborado en esta industria, el papel.
A lo largo de todos los tiempos, el papel ha sido el material más empleado por los hombres para dibujar y escribir. La aparición del papel se vio forzada por la necesidad de un nuevo soporte de transmisión de información de fácil obtención, manejo y almacenamiento (el papel presenta ventajas sobre otros soportes como eran anteriormente lajas de piedra y superficies de edificios). Se estima que se descubrió, por parte de los egipcios la técnica de obtención de hojas de fibra rudimentarias, las cuales podían ser empleadas para la escritura. Estas hojas estaban confeccionadas a partir de una planta que crecía a la orilla del río Nilo, el papiro. Para lograr la obtención se necesitaba realizar un específico proceso natural, que terminaba cuando dicha hoja se encontraba completamente seca (al sol o cerca de una hoguera).
Hacia el año 1720 el francés Ferchault de Reaumur sugirió que podría utilizarse la madera como fuente de fibras vegetales para la confección del papel. La lentitud en la fabricación de papel fue resuelto a finales de siglo, cuando apareció la primera máquina de producción continua de papel.
A partir de estos descubrimientos, la producción de papel a gran escala y a precios económicos provocó la expansión de los nuevos métodos químicos, a escala mundial, y el número de fábricas experimentó un aumento increíble, al igual que la producción de papel acabado, del orden de los 2,5 millones de toneladas al año.
Durante todo el siglo XX, los métodos de obtención de papel no han sido modificados sustancialmente, pero sí la eficiencia, costo y el respeto al medioambiente de los mismos, gracias al gran avance en nuevos materiales y optimización de procesos (recuperación energética, recuperación reactivos, cogeneración,…)
La industria de la producción del papel en nuestro país, se relaciona con la evolución de la prensa, cuya primera manifestación se remonta a la época del Virreinato. A fines de 1875, cuatro jóvenes inmigrantes italianos, los hermanos Olivetti se trasladaron a Alda (Santa Fe) En sus recorridas por la zona descubrieron la represa e inmediatamente comenzaron a planificar el aprovechamiento de la represa para instalar una fábrica de papel. Así se creó en 1877, la primera Fábrica de Papel de la República Argentina (hasta 1767, ese espacio había sido propiedad de los Jesuitas) En noviembre de 1877 se produce aquí papel “Estraza Resistencia”, aislados en paquetes de 10 Kg. llamados “balas de papel”, produciendo 300 kg/día que los hermanos Olivetti entregaban en Rosario llevándolos por medio de carretas tiradas por bueyes, el mismo medio traía de vuelta la materia prima (trapos y recortes de papel).
En 1936 la empresa es vendida a La Papelera Argentina, más experta en esos años en la fabricación de papel, introduciéndoles algunas mejoras. Al siguiente año, pasa a manos de Celulosa Argentina, modernizándola totalmente durante cuatro años. Fabricaban en aquel entonces papeles seda, imitación manteca y algunos otros papeles livianos y especiales, cartulinas no forradas etc.
En 1997, se produce en forma definitiva la transferencia, donde es administrada por el Sr.Gazzoti. Hoy la empresa lleva el nombre de Alphapel SA.
En 1877, el Sr. Juan de Alcántara pone en marcha, en Capital Federal, una fábrica de papel para diarios “La Primitiva”, cuya primera resma se produjo el 24 de Enero de ese año. (Dificultades económicas determinaron el cierre en 1883)
En 1978 se inauguró La planta de Papel Prensa S.A. un 27 de septiembre de 1978. Fue, y es, la primera empresa nacional dedicada exclusivamente a la producción de papel para diarios. Las inversiones realizadas por un grupo de empresas y accionistas con visión de futuro, lograron garantizar la independencia de una de las principales industrias de la comunicación. La concreción de este desafío permite sustituir importaciones cercanas a los 90 millones de dólares anuales. De esta forma se inició una nueva era en la industria papelera argentina. Hoy, bajo la conducción de los dos diarios líderes, Clarín y La Nación, y con la participación del Estado Nacional, Papel Prensa S.A. abastece a la mayoría de los diarios del país. En su trayectoria, ya ha superado las 3.500.000 toneladas de esa vital materia prima, elaborada con tecnologías que están al nivel de las utilizadas por los países más desarrollados del mundo.