Una tonelada de papel exige dos toneladas de madera (unos 13 árboles), 100.000 litros de agua limpia y unos 7.600 kw de energía eléctrica.
A pesar de ello, enorme cantidad de papel usado, integrante de los residuos domiciliarios, se entierra o se quema.
Por ser un material degradable, el problema no reside en la contaminación sino en el agotamiento de los recursos forestales originado como consecuencia de prácticas de tala inadecuadas.
Esta situación muy lentamente se está modificando.
La comunidad europea en 1991, produjo 32 millones de toneladas de pasta celulósica virgen y 25 millones de toneladas de pasta reciclada.

En la Argentina desde hace años se recicla entre el 15 y 20% del papel con el objeto de obtener papeles de segunda categoría para envolturas y embalajes. En los últimos años se ha comenzado a elaborar un papel reciclado de mejor calidad que puede utilizarse para impresión y escritura.
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