martes, 4 de octubre de 2011

Orígenes del papel.

En un principio se escribía y dibujaba sobre guijarros, huesos o cuernos de animales y después sobre el cuero de ciertas especies. Más adelante el hombre estudió el modo de emplear las fibras vegetales y consiguió adaptarlas para recibir la escritura. De este modo en Menfis nació el primer pliego de papel vegetal: el papiro.
Para lograr esa especie de papel, después de secar las plantas al sol, los egipcios desprendían las películas concéntricas que forman el tallo, las cortaban en bandas, las colocaban una sobre otra, como la trama de un tejido, y las pegaban con el agua limonosa del Nilo. Luego se las prensaba y finalmente se las pulía con una cola de caballo humedecida en aceite de cedro. Éstas hojas de papel vegetal resistieron milagrosamente al tiempo y nos han ayudado a dilucidar numerosos misterios del pasado, especialmente de la civilización egipcia.
Los ciudadanos griegos recurrieron a la piel de las cabras y de los carneros, como y a lo habían hecho los hombres primitivos. Las trabajaron con tal habilidad, que las hicieron más resistentes y aptas para usarlas de ambas caras. Así nació el pergamino.
Una vez que Roma conquistó Egipto, usó definitivamente el papel vegetal; además instaló fábricas en Italia para la preparación del "Papel de Egipto".
En el siglo VII los árabes se apoderaron de Egipto, cesó la exportación de papiros a Roma y Constantinopla, y entonces fue necesario volver al pergamino.
Los árabes recibieron de los persas el secreto de fabricación; éstos a su vez se lo habían robado a los chinos, los primeros que prepararon el papel propiamente dicho.
Según la tradición, el primero en fabricar papel, en el año 105, fue Cai Lun (o Tsai-lun), un eunuco de la corte Han oriental del emperador chino Hedi (o Ho Ti). El material empleado fue probablemente corteza de morera, y el papel se fabricó con un molde de tiras de bambú. El papel más antiguo conservado se fabricó con trapos alrededor del año 150. Durante unos 500 años, el arte de la fabricación de papel estuvo limitado a China; en el año 610 se introdujo en Japón, y alrededor del 750 en Asia central. El papel apareció en Egipto alrededor del 800, pero no se fabricó allí hasta el 900.
El procedimiento usado por los chinos permitía aprovechar un gran número de materias ordinarias, con gran ventaja económica. Maceraban las materias primas en agua hirviente, hasta obtener una pasta densa; después las secaban con hornas especiales. Cuando obtenían hojas de dimensiones y espesor deseados, procedían a pegarlas de a dos, por los lados no pulidos, a fin de lograr un papel resistente y útil de ambas caras.
Los árabes adoptaron el sistema de los chinos, pero emplearon como materia prima retazos de lino y algodón e inventaron un aparato especial para la fabricación del papel.
En el siglo XI instalaron las primeras papelerías en Italia y en España. El papel comenzó su maravilloso camino, pues la técnica de su elaboracíon se fue conociendo en todos los países europeos
Al crecer las industrias, descubrirse nuevas técnicas y perfeccionarse las máquinas, se fueron subsanando casi todas las dificultades y se llegó a la enorme producción y el inmenso consumo de papel que se hace en nuestros días.
Nicolas Louis Robert imaginó en 1799 una serie de mecanismos capaces de fabricar tiras de papel de un ancho determinado pero de longitud ilimitada. El 18 de enero del mismo año obtuvo la patente de invención de su máquina, pero sobrevino un inconveniente: la carestía de la materia prima.
La máquina de Robert fue mejorada por dos papeleros británicos, los hermanos Henry y Sealy Fourdrinier, que en 1803 crearon la primera de las máquinas que llevan su nombre. El problema de la fabricación de papel a partir de una materia prima barata lo resolvió Federico Keller con la introducción del proceso de trituración de madera para fabricar pulpa, alrededor de 1840, y del primer proceso químico para producir pulpa, unos 10 años después.
Se iniciaba así, en el año 1845, una nueva era en de la historia de la industria papelera.
En nuestro siglo, sus numerosas aplicaciones han hecho de su fabricación una de las industrias más importantes.
Estados Unidos y Canadá son los mayores productores mundiales de papel, pulpa y productos papeleros. Finlandia, Japón, la antigua Unión Soviética y Suecia también producen cantidades significativas de pulpa de madera y papel prensa.

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